domingo, 23 de octubre de 2011

4. MUERTE INESPERADA

(Entrada Final).
Liam sigue muy enfermo y estoy terriblemente  preocupado. Tiene fiebre muy alta y demasiada comezón en el cuerpo. Papá salió hoy por la mañana para conseguir algunos medicamentos. Lamentablemente en ninguna farmacia le vendieron las medicinas. En todos los locales que iba le cerraban las  puertas; solo por ser judío. No había ninguna farmacia judía,  pues ante el decreto de la semana pasada las habían clausurado.

Mi madre pone trapos húmedos en la frente de Liam, para que se le baje la fiebre. Le cuesta mucho trabajo respirar  y no quiere comer. La infección le esta brotando dentro del cuerpo; en su lengua le han salido bastantes granitos. Mis padres están sumamente preocupados. No dejamos que Noel, mi otro hermano, tenga mucho contacto con Liam. No se vaya a contagiar del virus.
En la tarde, mi papá y yo llevamos  a mi hermano al médico, pero fue inútil. Ninguno quiso atenderlo. Saben que somos judíos y está prohibido dar atención médica a nosotros.

De regreso a casa, pasamos a comprar a la tienda de abarrotes leche y pan. En el local había un pequeño radio sintonizado; justo en el momento que llegamos. El presidente del Partido Revolucionario daba un discurso, que a grandes rasgos decía: “Los judíos no pueden vivir en México sino como huéspedes y deben someterse a las legislaciones que dictemos contra ellos. Se les prohíbe la entrada al cine, a los teatros, las bibliotecas, los museos y los balnearios. Saquearemos todos los  negocios y casas  judías”.
Al llegar a casa, le comentamos a mamá que nadie quiso atender a Liam y también  lo que escuchamos en la radio. No puso mucha atención en lo segundo, pues solo le preocupaba la salud de mi hermanito.  Lo acostamos en  su cama y ardía en fiebre. Le decía a mamá, con mucho esfuerzo al hablar, que le dolía todo su cuerpo y que no respiraba. Mi madre llamó rápido a papá, pero cuando subió a la recámara, mi hermano ya había muerto. 
Tengo tanta impotencia contra los legisladores del país; por su culpa no pudimos llevar al médico a mi hermano. ¡Los odio! Estoy en un mar de lágrimas. ¡Mi hermanito ha muerto por esas leyes racistas! Y ahora también nos despojarán de nuestro hogar.

4 comentarios:

Mauricio Islas Avila dijo...

Muy buena entrada! me gustan tus ideas, sigue asi! Lo errores son casi nulos.

Marisol Tinoco López dijo...

Muy buena entrada, tienes mucha imaginación.

Berita Liera dijo...

Muy bien compañero. Me gusta el drama que le imprimes a tu texto. En realidad no noto algún error. Sigue así =)

Fernando García Garduño dijo...

¡Muy buena entrada!