Liam sigue muy enfermo y estoy terriblemente preocupado. Tiene fiebre muy alta y demasiada comezón en el cuerpo. Papá salió hoy por la mañana para conseguir
algunos medicamentos. Lamentablemente en ninguna farmacia le vendieron
las medicinas. En todos los locales que iba le cerraban las puertas; solo por ser judío. No había ninguna farmacia
judía, pues ante el decreto de la semana
pasada las habían clausurado.
Mi madre pone trapos húmedos en la frente de Liam, para que
se le baje la fiebre. Le cuesta mucho trabajo respirar y no quiere comer. La infección le esta
brotando dentro del cuerpo; en su lengua le han salido bastantes granitos. Mis
padres están sumamente preocupados. No dejamos que Noel, mi otro hermano, tenga
mucho contacto con Liam. No se vaya a contagiar del virus.
En la tarde, mi papá y yo llevamos a mi hermano al médico, pero fue inútil. Ninguno quiso atenderlo. Saben que somos judíos y está prohibido dar atención médica a nosotros.
En la tarde, mi papá y yo llevamos a mi hermano al médico, pero fue inútil. Ninguno quiso atenderlo. Saben que somos judíos y está prohibido dar atención médica a nosotros.
De regreso a casa, pasamos a comprar a la tienda de abarrotes
leche y pan. En el local había un pequeño radio sintonizado; justo en el
momento que llegamos. El presidente del Partido Revolucionario daba un discurso, que a grandes rasgos decía: “Los judíos no pueden vivir en México sino como huéspedes y deben
someterse a las legislaciones que dictemos contra ellos. Se les prohíbe la entrada al cine, a los teatros, las bibliotecas, los
museos y los balnearios. Saquearemos todos los negocios y casas judías”.
Al llegar a casa,
le comentamos a mamá que nadie quiso atender a Liam y también lo que escuchamos en la radio. No puso mucha atención en
lo segundo, pues solo le preocupaba la salud de mi hermanito. Lo acostamos en su cama y ardía en fiebre. Le decía a mamá,
con mucho esfuerzo al hablar, que le dolía todo su cuerpo y que no respiraba. Mi
madre llamó rápido a papá, pero cuando subió a la recámara, mi hermano ya había muerto.
Tengo tanta impotencia
contra los legisladores del país; por su culpa no
pudimos llevar al médico a mi hermano. ¡Los odio! Estoy en un mar de lágrimas. ¡Mi hermanito ha muerto por esas leyes racistas! Y ahora también nos despojarán de nuestro hogar.
4 comentarios:
Muy buena entrada! me gustan tus ideas, sigue asi! Lo errores son casi nulos.
Muy buena entrada, tienes mucha imaginación.
Muy bien compañero. Me gusta el drama que le imprimes a tu texto. En realidad no noto algún error. Sigue así =)
¡Muy buena entrada!
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